La Chica de la Curva

Ocurrió en Barcelona, España.

Esto sucedió en una noche de niebla espesa, en las curvas de Garraf, una sucesión de curvas cerradas y muy peligrosas, hace muchos años, mucho antes de que se construyera la autopista que ahora cruza las entrañas de la montaña de Garraf.

Caía una lluvia suave pero ininterrumpida y la niebla cubría la noche con su manto blanquecino, impidiendo ver más allá de unos pocos metros.

Un hombre iba conduciendo su auto por las curvas, deseoso de llegar a su casa para reencontrarse con su mujer y con sus dos hijas, después de un largo fin de semana de trabajo.
En una de las curvas del camino, vio a uno autoestopista, una joven rubia, demacrada y pálida, empapada por la lluvia, con un largo vestido blanco desgarrado y sucio de barro. Este hombre se apiadó de la joven y, pisando los frenos, decidió llevarla consigo y acercarla hasta el pueblo más cercano.

Durante gran parte del trayecto, el hombre y la joven fueron hablando de cosas triviales, cuando en un momento dado, antes de llegar a una de las curvas más cerradas y peligrosas de las cuestas, la joven le avisa de que reduzca la velocidad hasta casi detenerse y que pase muy poco a poco.

El hombre, asustado y comprueba de que la joven tenía razón, probablemente se hubiera despeñado por barranco en el coche. Le da las gracias, agradecido por salvarle la vida, a lo que la joven, en unos minutos contesta:

-No me lo agradezcas; es mi misión, en esa curva me maté yo hace 25 años, en una noche como ésta.....

Después de decir esto, la joven desapareció, dejando como prueba el asiento húmedo del acompañante por el vestido blanco que tenía puesto.

Espero que esta historia les haya gustado.

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