Leyendas Urbanas, experiencias paranormales, noticias del programa Voces Anónimas 3 y muchas cosas más.
NO TE LO PODÉS PERDER!!

Apoyando a

Apoyando a

Seguidores de Blog Terrorífico

domingo, 26 de octubre de 2008

Jack Lanterns


Hace muchos, muchos años, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el Diablo en una taberna, en la noche de Halloween. Jack, conocido borracho, había bebido mucho pero pudo engañar al Diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El Daiblo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero. Como Jack tenía una cruz en su monedero, el Diablo no pudo volver a su forma original. Jack no dejaría ir al Diablo hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El Diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamación.
10 años más tarde, Jack se reunió con el Diablo en el campo. El Diablo iba preparado para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó muy rápido y dijo: "Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?". El Diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que el Diablo se diese cuenta, Jack ya había tallado rápidamente una cruz en el tronco del árbol. Entonces, el Diablo no pudo bajar. Jack le obligó al Diablo a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al Diablo no le quedó más remedio que aceptar.
Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido un golfo, borracho y estafador. Cuando intentó entrar, en el espantoso infierno, el Diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tumar su alma (lo había prometido). "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el Diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste". El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada...
El Diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento.
Jack no se dio cuenta, pero nosotros sí. Él estaba condenado a vagar en las tinieblas eternamente...

No hay comentarios: